EL TAMBOR A PRINCIOS DEL SIGLO XV: GONZALO DE AYORA Y LA ORDENANZA A LA SUIZA
Debemos al capitán Gonzalo de Ayora (1466- 1538) la introducción del pelear con ordenanza. De acuerdo a las fuentes contemporáneas este inteligente y leído hombre, experimentado en las letras y armas, había estado algunos años en Italia, Francia y Alemania, siguiendo los ejércitos de armas de guerra. Fue el primero en España que vio y entendió la ventaja que tenía el ejercito bien ordenado, aunque fuese de poco número, al de la muchedumbre, confuso: por este motivo deseó introducir en España lo que suizos y alemanes usan en la guerra, y así lo propuso a los Católicos Reyes.
Muy interesante
también es la carta de Ayora a Fernando el Católico, ya viudo por aquellas
fechas, escrita en la campaña del norte de África, desembarco de Mazalquivir en
septiembre de 1505; nos aportan datos muy interesantes. Por ejemplo, Ayora cita
a peones (soldados) del Reino de Murcia, que destacaban por su “reciura,
silencio y orden”, así como por su ordenanza, eligiendo al “Hombre de
Campo”, especialmente útil para las operaciones militares que se
llevaban a cabo en las costas del Magreb, porque los que eran de esta condición
dominaban las tácticas y ardides de guerra, celadas, formas de vigilancia y
conocimiento de la tierra en la antigua frontera de Granada, especialmente en
las zonas de Murcia y Jaén, de donde procedían la mayor parte, y eran
capaces de aplicarlas en otros espacios comparables, como ya se había
demostrado en el Rosellón durante las guerras de 1495 y 1503[2].
Fortaleza de Salsas, Construida por los Reyes Católicos Fernando II de Aragón e Isabel de Castilla entre 1497 y 1503, la fortaleza de Salses representa la quintaesencia de la arquitectura militar de la última edad: un plan en rectángulo régular, muros bajos y Defensas gruesas y avanzadas, un sistema complejo en curvas, chicanas, trampas y galerías, sin ordenador, un segundo nivel de defensa y un torreón fortificado. La fortaleza es un ejemplo de esta arquitectura de transición, entre el castillo medieval y la fortificación bastionada Allí lucharon las milicias de Yeste, como leemos:
Esa misma información sobre la participación de murcianos y jienenses de arriba la hemos encontrado contrastada en la Relación Topográfica nº 46 de Yeste (Albacete), donde se dice bien claro que
“Tiene
(Yeste) otro privilegio que quando por mandado de su magestad sean llamados
para alguna guerra, vayan devaxo de su vandera, que la tienen, y no de otra,
nunca jamás se le an echado bagajes para ninguna cosa, y esto se les ha
guardado avnque de su voluntad este pueblo a ynviado a su costa y devaxo de su
vandera mucha gente, espeçialmente a la Perpiñán y a la de Salsas[3],
en tiempo de los Reyes Catolicos.. y a la de Andarax a a la de Toledo, en favor
del prior de San Juan, devaxo de su vandera, co esta dicho, y a u propia costa,
y a todos se dava livrea de verde…” [4]
Este pelear ordenado tuvo su evidente resultado en la toma de Orán y Mazalquivir por parte de las tropas del rey Fernando. De hecho, ya podemos ver los tambores en una pintura casi contemporánea conservada en la capilla Mozárabe del Cardenal Cisneros en Toledo. Conquista de Orán de 1509, Juan de Borgoña, pintado en 1514 en la Capilla del Cardenal Cisneros. Detalle con los tambores, uno a la izda del caballo, y otro arriba bajo la bandera que porta el alférez
A este
respecto debemos decir que previamente el Rey Fernando había emitido una Real Cédula
de 16 de enero de 1503 en la que, ante la amenaza de los preparativos bélicos
del rey francés, hizo un llamamiento a las ciudades en demanda de tropas de
infantería, exigiendo el Rey que se repartieran en distintos elementos
especializados e imponía el modelo suizo. Desde entonces, en el ejército real se
consideran separadamente las armas de fuego (espingarderos), de impacto
(lanceros, piqueros) y de tiro (ballesteros). Desde ese año de 1503 aparece en
la contabilidad militar la palabra ynfante, pensamos que la traducción
del término suizo Reisläufer, como nueva denominación de los peones, si
bien todavía peón o peones se sigue usando.
Un
ejemplo de esta recién creada institución se puede ver en este documento
conservado en Simancas A la ciudad de Santo Domingo de la Calzada, en el
repartimiento para el nuevo ejército real, Cédula de 16 de junio de 1503:
“trescientos
peones por esta ciudad y por todas las villas y lugares… y los doscientos de
los dichos peones para que estén armados con picas aceradas y enteras
armaduras a la suiza y los otros cien peones ballesteros anden con
ballestas recias de cuatro libras cada una y con poleas de cuatro ruedas y cada
uno con su peto y caxquete y espada y puñal y su carcax con veinte y cuatro
tiros acerados que sean personas que sepan de la ballesta y la hayan usado”. [5]
Armaduras y picas suizas, modelo
de armas que introduce el rey Fernando en 1503, junto a los atambores y
pífanos, en la Infantería. En el dibujo, Crónica Spiezer Schilling, Berna 1480.
Vemos que los suizos también utilizan la corneta curva asociada al atambor.
Fuente: Wikipedia.
“iva
con esos nuevos soldados por esas calles, llevándolos en proçesión en dos alas
e sacávalos al campo e emponíalos en el juego de las picas, e bolvíase al
pueblo, e iban delante del con sus capas e espadas e puñales de la manera que
dicha es, e sin pífano ni atambor. Después mostrólos a traer halabardas… e se
eligieron cabos de escuadras…”[6].
Armadura de principios del siglo XVI. Perteneció a la Casa de Sátago, Condado de Alcubierre, concedido por el rey Fernando en 1511.
Se les dio librea (uniforme) “en cuerpo con sayos medio colorados, medio blancos e cincuenta de a caballo”. Eso no significa que no hubiera ni pífano ni atambor (o caxa), ya que en una hoja de pagos de esta misma guaria de alabarderos de enero a marzo de 1506
“Se libra a Domingo de Catania, pífano, desde primero de enero deste dicho / año hasta siete de março que fue despedido por non estar para / servir, ale de ser librado a rason de otros / trese mil e quinientos maravedis por año./ A Peti Juan, atambor le ha de ser li / brado desde primero de enero hasta el dicho / dia postrero de febrero al dicho pre / çio de trese mil e quinientos maravedis por año. / (Nota al margen izquierdo) Este Peti Juan se despydió a XXII de abril.[H]a de ser librado fasta el dicho día (Rúbricas de Ayora y San Román)”[7]
¿Qué quedadel recuerdo de este
capitán que tanto influyó en la configuración de la Infantería al darse cuenta
de la disciplina de la ordenanza suiza hoy en día?
Decir que en las guerras de las
Comunidades se rebeló contra el rey Carlos y fue condenado a muerte. Sin
embargo, logró exiliarse a Portugal y allí murió en 1538. Por eso su figura es
poco conocida y está totalmente eclipsada por su contemporáneo, el Gran
Capitán, al que dedicaremos otra entrada en este blog.
Sin embargo, si consultamos el
diccionario de la RAE de 2025, en la entrada de suizo, hay hasta cuatro
acepciones que recuerdan directa o indirectamente esta preocupación, hoy
olvidada, de Gonzalo de Ayora:
3. Hombre que formaba parte de la
suiza (soldadesca festiva de a pie)
6. Soldado de infantería.
9. Antigua diversión militar,
recuerdo de las costumbres caballerescas de la Edad Madia, o imitación de
simulacros y ejercicios bélicos.
10. Soldadesca festiva de a pie,
armada y vestida a semejanza de los antiguos tercios de infantería, que
organizaban las justicias de los pueblos para que alardeasen en ciertos
regocijos públicos.
Hasta ese extremo pervive su afán por
introducir en su monarquía de los Católicos Reyes la disciplinada ordenanza a
la suiza, incluidos tambores. De hecho, en el vídeo de arriba con el que
introducimos este artículo hemos podido ver un par de toques de ordenanza
suizos que son casi idénticos a un toque conservado en Hellín en su tamborada,
conocido como ”Racataplán”. También se
nos ha conservado en el alarde de Yecla del 8 de diciembre, ahora en el
contexto de una fiesta religiosa, que lo recogió y lo hizo suyo al caer en
desuso. Y en Yecla se llama “Toque de armas”.
ANEXO I
Epilogo de algunas cosas dignas
de Memoria pertenecientes a la ilustre e muy magnifica Ciudad de Avila del Rey
y Muchas
hystorias dignas de ser sabidas que estauan ocultas, por el
capitán Gonzalo de Ayora, cronista de los Reyes católicos (1519). En la reedición
(2ª edición) de Antonio del Riego. Madrid 1851
De vuelta del Rosellon, en 1504,
Gonzalo de Ayora fué nombrado capitán de la guardia del Rey con el encargo de
organizaría según la nueva táctica. Trasladaremos lo que acerca de este
particular dice el cronista Gonzalo Fernandez de Oviedo (Estado de la casa del
principe don Juan. MS. de la biblioteca nacional).
«Después que la Católica Reyna
doña Isabel passó desta vida en Medina del Campo, año de 1504, quedó el Rey
Católico por gobernador de los Reynos de Castilla é de León, é acordó de tomar
guarda de halabarderos para su persona, é hizo su capitán della á Gonzalo de
Ayora, su conmista, hombre diestro en las armas, é perfecto Soldado, é de
buenas cualidades é partes, hombre hijodalgo, é natural de Córdova, docto é
buen poeta, é orador, el qual en Italia avia un tienpo cursado en servicio del
señor Ludovico Sforza, duque de Milán, que perdió aquel estado. Esta guarda se
principió en 50 alabarderos, fos quales allegó é juntó Gonzalo de Ayora,
tomándolos de las espuelas de mozos cortesanos; é como era cossa uueva é aun no
la entendían en esos principios , parecía cosa de burla á los que le veian ir
con esos nuevos soldados por las calles en procesión de dos alas, é sacábalos
al canpo é inponíalos en saberse juntar, é formar esquadron, é en el juego de
las picas, é bolbíase al pueblo, é ivan delante del con sus capas é espadas é
puñales de la manera que dicho es, sin pífaro ni atambor: después mostrólos á
traer el alabarda, é como les fue dada librea, é acudieron algunos soldados
pláticos de Italia, que fueron á buen tienpo acojidos, fueron causa de ser mas
aina diestros los novicios, é se eligieron cabos de esquadras, é diéronles sus
tres ducados de paga al'mes á los soldados , é acrecentóse el número de la
guarda hasta ciento, é dieseles á los cabos de esquadras sus ventajas, é al
alférez é compañeros de la vandera sus mejorías
….”
ANEXO II
1504: Historia de la antigüedad y nobleza de la
ciudad de Palencia, Biblioteca Nacional (1 E. G. cod. 80, folio 255 v)
«No se debe olvidar lo que se sigue, por
haber sido cosa nueva y honrosa, y fue asi : Que en principio del año pasado de
1504, siendo viva la Catolica, Reina Doña Isabel, un caballero natural de
Cordoba, llamado Gonzalo de Ayora, varon muy leido y asaz experimentado en las
letras y armas, habiendo estado algunos años en Italia, Francia y Alemania,
siguiendo los ejércitos de armas de guerra, vio y entendio la ventaja que tenia
el ejercito bien ordenado, aunque fuese de poco numero, al de la muchedumbre,
confuso : á cuya causa deseó introducir en España lo que suizos y alemanes usan
en la guerra, y as¡ lo propuso á los Catolicos Reyes, cuya bondad y celo de
mejorar en todo estos reinos hizo que lo pusiesen en consulta . Y aunque tuvo
contradicion, como todas las cosas semejantes la suelen tener, acordaron de
hacer ensayo dello, y as¡ se lo mandaron al dicho Gonzalo de Ayora, el cual
hizo muestra en Medina del Campa. Y pareció tan bien, que por ello y porque
tambien avisó á SS . AA. del recaudo que los reyes extraños traian en sus
personas, aunque importaba harto á su seguridad, mucho mas á su autoridad, le
hicieron su capitan de la guarda, que fue el primero que hubo en Castilla, por
haber sido el primero que introdujo en ella el pelear con ordenanza, en la cual
se demostró bien evidente en la toma de Oran y Mazarquivir, donde el mismo
inventor fue por coronel con el alcaide de los Donceles y cardenal D. Fr.
Francisco Jimenez, que fueron generales en las dos jornadas, y las vencieron,
como adelante en su lugar se dirá : He querido hacer mencion de este caballero,
as¡ por haber traido á España dos cosas tan nuevas y tan honradas, como por ser
tan señalado en armas y letras, que, juntamente con el oficio de capitan de la
guarda y coronel, fue cronista de las Catolicas Majestades ; y porque casó en
esta ciudad con una señora muy honrada, y ella y sus deudos son de los antiguos
que en ella hay ; y as¡ su hijo y descendientes tienen en la dicha ciudad harto
honrado asiento y honesta pasada».
[1]Gonzalo
de Ayora, Carta Segunda al Señor Miguel Pérez de Almazan, Secretario de SS.
AA. y del su muy Alto Consejo, pp. 15. Perpiñán 19 de septiembre de 1503.
CARTAS DE GONZALO AYORA, CRONISTA DE LOS REYES CATÓLICOS. Madrid, en la
imprenta de Sancha 1794.
[2]
Ladero Quesada, La toma de Nápoles y Mazalquivir julio de 1505- junio 1506. En
la España Medieval 2013, vol. 36 183-224
[3]
Guerra del Rosellón (1503)
[4]
Valdelvira González, Gregorio y varios. Pueblos
de la provincia de Albacete en las Relaciones Topográficas de Felipe II. Instituto
de Estudios Albacetenses. Diputación de Albacete. 2014. Pp. 278
[6]
De una carta manuscrita en Palencia a principios de 1504:
Historia de la antigüedad y nobleza
de la ciudad de Palencia, Biblioteca Nacional (1 E. G. cod. 80, folio 255 v),
:
[7]
Pp. 365 de la nota cifrada arriba.